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¿Qué es la artrosis?
La artrosis es una patología degenerativa que produce una perdida gradual del cartílago que se encuentra en las articulaciones, repercutiendo en el hueso y produciendo una inflamación en la membrana sinovial.
El principal síntoma de la artrosis es el dolor, que suele originarse de forma insidiosa en una o varias articulaciones, aliviándose con el reposo. Aunque, al progresar la enfermedad, también puede aparecer en reposo. También aparece rigidez matutina, que no suele durar mas de 15 minutos. Según va avanzando la enfermedad se produce una limitación en los últimos grados de movimiento de la articulación afectada, es decir, en el caso de la rodilla, por ejemplo, existiría dolor al final del recorrido tanto al doblarla como al estirarla, ya fuera realizando el movimiento uno mismo (forma activa), o que otra persona te la moviera sin que tu realices ningún tipo de fuerza (forma pasiva). Este dolor suele mejorar con el reposo.
La articulación afectada estará deformada, al comienzo debido a una tumefacción inflamatoria, y, en fases más avanzadas, a causa del engrosamiento que se produce en los huesos de la articulación dañada.
Habitualmente, también se suelen producir crepitaciones (crujidos), ya que se producen roces entre los huesos.
El 70% de la población mayor de 50 años presenta alteraciones radiológicas típicas de la artrosis. Aunque son las mujeres la que mayormente la padecen.
¿Por qué tengo artrosis? Causas de la artrosis
Existen múltiples factores de riesgo por los que hay más posibilidades de padecer artrosis, algunos de estos son:
- Obesidad: la reducción de peso puede llegar a reducir en un 50% el riesgo de artrosis de rodilla.
- Actividad física: el deporte de alta competición, puede acelerar el proceso artrósico, debido al sobre uso.
- Actividad laboral: debido a los movimientos continuos y repetitivos.
- Menopausia: debido al déficit de estrógenos.
- Factores genéticos.
Tratamientos para la artrosis:
Existen multitud de tratamientos fisioterapéuticos para la artrosis, pero todos ellos tienen el mismo objetivo, reducir el dolor, evitar la progresión del proceso degenerativo, disminuir la incapacidad y preservar la función corporal. En este artículo os mostraremos un método de tratamiento activo basado en ejercicios.
