
MANIFIESTO VIOLENCIA
La preocupación por la situación económica y sus consecuencias, la factura de la luz, la situación laboral… acapara la mayoría de los titulares de los medios de comunicación, de los discursos políticos y de las conversaciones ciudadanas. Parece que los problemas tan graves como la violencia de género, que en lo que va de año se ha cobrado la vida de más de medio centenar de mujeres e incluso de alguno de sus hijos e hijas, queda en un segundo plano, sustrayéndose de conversaciones cotidianas y recordándolo apenas un día al año.
Por tanto, desde la MANCOMUNIDAD CAMPO ARAÑUELO, le damos la bienvenida más que nunca a este 25 de noviembre que devuelve el protagonismo a un drama que, mal que nos pese, está lejos de resolverse y que demuestra la manifestación extrema de la desigualdad y del sometimiento en el que viven las mujeres en todo el mundo.
La violencia del hombre contra la mujer ha permanecido oculta en la vida privada de las personas. Y nuestra obligación, es en este día y a lo largo de todo el año, hacerla visible porque no es un asunto privado, sino un delito y un problema de interés público.
41 mujeres han sido asesinadas por quienes en otro tiempo las enamoraron y les prometieron felicidad. Dejan huérfanos, vacíos y muchas familias rotas de dolor.
Miles de mujeres soportan a diario en España una mala vida a causa de la violencia machista por ser consideradas por sus agresores personas carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Y a este concepto restringido de violencia de género recogido en la LO 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (la violencia que se infiere por el hombre sobre la mujer que es o ha sido su pareja o su cónyuge), se une la del concepto amplio establecido en el Convenio de Estambul, que es la de cualquier forma de violencia que padece la mujer por el mero hecho de serlo, que sufren muchas mujeres en nuestro país.
Sabemos que es fundamental perseverar en una educación en valores de igualdad y respeto porque, mientras haya una sola mujer asesinada por el mero hecho de ser mujer, hemos de seguir poniendo todos los medios a nuestro alcance para evitarlo y examinar con objetividad en qué estamos fallando en nuestra lucha contra la violencia de género.
Tenemos que seguir aunando esfuerzos para poner fin a esta violencia que se pasea por muchas casas y rincones porque, aunque es una realidad que cuesta cambiar, hay que seguir en la brecha como deuda a todas las que ya no están y tantas otras que siguen viviendo ese dolor.
Porque la violencia contra la mujer constituye uno de los ataques más flagrantes a los derechos humanos fundamentales como la libertad, la igualdad, la vida, la seguridad y la no discriminación, que se proclaman en nuestra Constitución.
Porque la erradicación de la violencia sobre las mujeres es una tarea de toda la sociedad en la que no podemos perdernos, ni dar un paso atrás; debemos seguir mostrando sin miedo que la violencia contra las mujeres es inaceptable, intolerable y trabajaremos sin descanso por conseguir una vida libre de violencia para todas las mujeres.
Por ello en esta Mancomunidad estamos obligados a fortalecer la confianza de las mujeres víctimas en la justicia y en los servicios de seguimiento y apoyo. Pedimos que el Pacto de Estado se materialice en toda su extensión para que pase del papel a la realidad. Porque la violencia sobre las mujeres no puede ser jamás un rédito político de ningún partido, ni un arma arrojadiza de unos partidos contra otros, ni permite sembrar confusión o retroceso.
La violencia de género tiene nombre de mujer y ya está, volver a discutir o cuestionarlo es volver a lastimar a las mujeres que la padecen, es inferirle un nuevo maltrato por quienes tienen la obligación de protegerlas.
Nos queremos diversas, libres, seguras y vivas.